15/05/2020
La maduración de la carne permite que los músculos del animal que se ha sacrificado se conviertan en un producto apto para el consumo.
Tras el sacrificio del animal, la carne empieza a sufrir algunos cambios: disminuye su dureza y, por tanto, se hace más tierna; se incrementan algunas propiedades organolépticas como el color, el aroma o el sabor; y hay un pequeño aumento de la capacidad de retención de agua, es decir, la carne se vuelve más jugosa.
Una nueva tendencia de consumo de carne t...
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